martes, 31 de mayo de 2011

Amo tu desnudez sin conocerla,
aunque reconozco los pliegues de tu piel,
las esquinas secretas de tu cuerpo,
la humedad de tu existencia.

Te vi vestida completamente desnuda,
para recorrerte las líneas,
acariciarte el sudor,
para beberme tu sabor,
arroparme de tu esencia.

Pero nunca te quitaste la ropa,
nunca estuvimos solos,
jamás fui únicamente tu momento,
tampoco una idea sola en tu mente;
siempre te cubriste con harapos,
todo el tiempo te pusiste argumentos,
fue perpetuo el maquillaje,
siempre hubo acompañantes extranjeros.

Amo tu desnudez sin saber de su forma,
la que siempre fue esquiva e impenetrable,
inmortal y lejana,
fría, reservada, fuerte.

Te vi bajo las sábanas,
perdido en tus movimientos,
de vaivén, de placer;
te encontré alaridos,
gestos, emociones, secretos.

Pero estabas tan distraída
en la opinión de tus miedos,
siempre perteneciste al resto,
nunca hubo permiso concedido,
ni tuvimos soledad
para volarnos uno a uno
en nuestro secreto

Amo tu desnudez,
la que nunca tuve,
que siempre fue irrespeto íntimo,
siempre estuvo con los demás,
que siempre tuviste
pero nunca me diste.

lunes, 30 de mayo de 2011

La madrugada me pone tosco y pesado,
arrogante e idiota,
actúa como fulminante de mis gestos
mientras la desesperación del tiempo se hace presente;
se me prende en los nervios
para exorcizarme la conciencia
aventando retazos de pensamiento en la almohada.

Se me cubren de niebla las prisas;
la madrugada me abraza la impaciencia,
como dándole la vida que me roba.
Me abraza, me besa, me acaricia
y se me vuelve laberinto el pensamiento;
me habla, me grita, me dice,
y se me convierte en abismo el sueño.

No importa ya,
si los gritos se acobardaron,
si los sueños se despertaron,
y la madrugada me escupió críticas,
unas a la cara, otras a los pies.
Importa un carajo si amanece ya
o el día se consume entre cigarros,
si la siguiente madrugada
me atraviesa el pecho con palabras.
Vale muy poco si la luna me enamora
o una canción me hace recuerdos.

Todo acaba aunque lo diga romántico y suave,
humilde e ingenioso,
cada madrugada trae su lamento, su gozo,
su historia,
pero a mi lado son solo horas que pasan
dejando abundancia de sobras en mi mente,
infinidad de argumentos prepotentes
y la inmensa necesidad de callarme
unos amores, otros odios y algunas ideas.

domingo, 29 de mayo de 2011

Voy a leerte el cuerpo,
voy a pintarte un orgasmo con acuarela,
desnudarte la vergüenza;
voy a transgredir tu piel con un beso,
voy a hacerte un tatuaje con sudor,
darte el universo entre tu movimiento
y el mío.

Voy a violar tu ausencia con un recuerdo,
voy a rosarme tu cuerpo con la mano,
traerte de metáfora a sábanas desnudas;
voy a revivirte con caricias,
voy a invadirte los deseos,
volverte insinuante picardía.

Voy a desearte los poros,
voy a delinearte los latidos,
darte la insolencia de mis caprichos;
voy a regalarte los destellos
de mi futuro,
voy a entregarte mi principio y mi final,
estrellarme con la humedad
que anhelo de tu cuerpo.

viernes, 27 de mayo de 2011

No hay diferencia de cuando te amé la primera noche
a esta tarde que solo te pienso,
distante, entre kilómetros y palabras.

Ahora queda confesarte
que no estás sólo en mi mente,
sino inventada junto a mí,
brindando, con agua en las rocas:
por el silencio, la distancia y los abrazos.

Estás, aunque me permito no verte
y sólo escucharte la charla con nadie;
luego verte a los ojos
y omitir tu voz repicando en mis manos.

Lo siento si me escuchas la memoria
cuando dice tus ropas desapareciendo;
aquella vez de occidente
que nos vimos las ideas,
nos besamos las caricias,
esa vez que nos vestimos de sudor inocente
y lo lavamos con agua apasionada.

Te confieso también
que hoy te robe palabras
para ponerlas en mi boca,
tomé tu abrazo sin pedirlo
y el beso de tus labios
lo rapté para devolverlo en blanco y negro.

No hay diferencia de esta tarde que te amo
a esa noche que pude sentirte,
presente, entre tu piel y la mía.

lunes, 23 de mayo de 2011

Sobran caminos
aunque ninguno exento de la sombra de alguien mayor,
ni uno solo libre de la instrucción estándar;
es lo que dicen.

Caminos ensangrentados,
sufridos y difíciles, escribía Otto René
cuando desollaba cada verso
para hacerlos estrofas reivindicativas;
decía esperanza, cambio,
diferencia para bien de todos.

Caminos selectivos
pregonaba la queja de Ernesto
mientras intentaba implantar con sus manos,
con sus pasos,
un sendero igual para todos.

Sobran caminos
aunque se convierta en pregunta
cuando a la luz de las ganas
se ven sólo pasos ya recorridos.

El de Nazaret pasó los caminos de amor y perdón
siglos antes que el nazi cursara caminos de raza;
el de las plumas verdes hizo caminos de mito
que murieron bajo los caminos de la realeza.

Caminos de oro en El Dorado,
de arena al rededor de Guiza;
de agua, hielo y fuego según Verne
al regresar del centro de la tierra.

Sobran caminos,
como sobran palabras para describirlos;
aunque al final no hay distinción entre uno y otro
que los obligue a ser opción que sobre.

Sobran caminos,
es lo que dicen lo que caminan camino ajeno,
es lo que dicen los que se pierden buscándolos;
así es lo que dicen los que no caminan.

viernes, 20 de mayo de 2011

Convencido de nacimiento
camino el rumbo que llaman vida,
recorro de a poco las metas de todos
y me estanco donde me exigen hacerlo.

Me pidieron acercarme, algún día,
a un cristal que refleje una sonrisa implantada,
condición de pertenencia indispensable
y necesariamente forzada.

Circuncidaron mi voluntad
para marcarme como uno más
dentro de los pocos que son todos
y borrarme de todos que son pocos.

Hablo predispuesto a ser,
entre las ganas de cambiar
y la rutina que llaman vivir,
convirtiéndome de nuevo, en todos.

Olvidé de la vida lo que nunca aprendí,
mucho antes de atravesar la puerta al mundo;
dejé costumbres que nunca tuve
perdidas en el acto de mis padres.

Todo lo hice sin hacerlo
y ahora que un pensamiento pide factura,
no tengo más que un día a día
vivido como y con todos para dar.

Seguramente algún occidental
supuso, que al nacer,
cambiaría la vida por la "vida"
cuando escribió mi renuncia.

Aunque según dicen, la sangre de mis venas,
no es América, tampoco Europa,
sino un compendio de argumentos
desde mono hasta extraterrestre.

Nací con el pasado convencido, quizá,
de quién voy a ser al morir;
"todos" con diferente nombre,
"nadie" sumido en reglas que me hacen.

martes, 17 de mayo de 2011

Acero en las venas,
amalgama de espíritus;
espíritus de piedra,
noche difunta.

Camino descalzo sobre papel mojado,
ofrenda a la vida,
dramático pecado.

Lugar sin fin, estampado en jade quebrado,
es corazón metálico y agujas por sangre.

Quejas sobre el bien y el mal,
principio y final de un existir.

Llego a sentir descalzos los ojos,
castigo divino,
reclamo paranormal.

Día casi difunto,
fantasmas de redención;
sangre cristalina,
acero en las venas.

sábado, 14 de mayo de 2011

Ideas enraizadas en lo profundo
de los vagos pensamientos
que son mentira y verdad;
soy eso.

Escaleras, para arriba y para abajo,
de infinidad de promesas inconclusas
que relucen escalón por escalón;
eso soy.

Estereotipo metódico, cuadrado,
encasillado en parámetros
relevantemente irrelevantes;
eso soy.

Todo y nada resuelto, a la vez
que nunca y siempre empezando a terminar
para terminar empezando de nuevo;
soy eso.

Una vez ilusión, mil realidad,
mil veces posible, una utopía,
números con aire humano;
eso soy.

Misterio y claridad mezclados,
seguridad e incertidumbre juntos,
bandera susceptible, incógnita;
soy eso.

Soy una persona diferente,
como todos...
diferente.
Justo cuando el pensamiento se detiene,
me deleito con un instante incoherente,
perdido entre tus brazos,
sujeto a tu sonrisa.

Luna fría y distante
que me acoges en tu brillo
mientras los pensamientos
danzan con el son del recuerdo.

Inalcanzable te portas para mis brazos,
pero siempre estás conmigo
y tu frío y distancia evaporan la soledad
que a veces, la noche me regala.

Justo cuando el corazón late con fuerza,
la abstinencia de emociones desaparece,
tomado de tus manos,
reflejado en tu mirada.

Luna fría y distante,
llamaste a mi nombre,
en cuanto las ilusiones
esbozaron realidades.

Indomable es lo que me provocas,
aun así, solo puedo verte;
te cambio el nombre y te acercas,
te lanzo un beso y el frío desaparece.

lunes, 9 de mayo de 2011

Siempre será una eternidad
el segundo en que trate de explicar
con palabras,
los impulsos, cada vez más fuertes,
del interior de corazón.

Nacen y dicen, nacen y abrazan,
insisten, insisten, insisten,
para hacerme llegar a un lugar
desconocido y lejano
o tan solo para abrirme los ojos
y ver que ese lugar soy yo.

Nunca termina, aunque este cerca,
cada vez hay más camino por recorrer;
las palabras, las palabras no hablan
y el camino se llena de gritos.

Motivos e impulsos, causas y razones,
insisten, insisten, insisten,
Para llenar el vacío inexistente
entre pecho y espalda.

Es un momento,
para explicarlo todo
o para entenderlo todo;
tan solo un momento
en el que el tiempo se detiene
para que las palabras vivan
y aunque no se entiendan
prevalezca su sentir.

Ya está dicho,
un principio, un final;
ya está dicho,
un sentir...

domingo, 8 de mayo de 2011

No fue solo eso,
ni el acto benéfico
que la fuerza del destino
obligó que sucediera.

Es más que el despojo
de lo propio, que tal vez,
nunca se llega a tener.

Quizá sin amenaza de muerte
sería más fácil entender,
¿por qué?
¿por qué ahora sólo queda el susto?

Tiene que haber algo,
no puede ser sólo
ser dueño de manos vacías.

Tal vez no es como aparenta
esa beneficencia
al que pide, al que exige,
al orgullosamente armado.

¡Alto! no es justa la excusa
aunque la intención se entender
por qué se entrega lo propio.

No es sólo justificar el atraco,
ni intentar matar el miedo,
el temor de recorrer de nuevo
los pasos donde robaron lo propio.

Justicia para los injustos,
perdón para el ajeno
que ahora se siente dueño.

No fue solo eso,
algo más desapareció,
algo más apareció,
seguro pronto aparecerá...

viernes, 6 de mayo de 2011

Grito de tradiciones,
destello cromático de lugares,
tierra, mí tierra;
campo de sensaciones multiformes
uniformadas a un solo nombre.

Tierra, mí tierra,
te canto añoranzas de antaño
recostado en tu cálido abrazo,
para hacerme más tuyo cada tiempo;
te declamo partículas presentes
para lograr hacernos uno solo
y crear momentos para el mañana.

Entronque continental de rostros,
nido permanente de creencias,
tierra, mí tierra;
latifundio de aromas y sabores,
portal del mañana infinito.
De repente me fui del mundo
perdido en tu mirada inocente,
enredado en tu sonrisa.

Me viste tímida
y tu sonrisa
de nuevo me movió el mundo,
mientras buscaste en tu abuela
el refugio de sus brazos.

Me invitaste con tus ojos
a volver en el tiempo,
para jugar al escondite
detrás de un vaso,
inventar grandes montañas
en medio de los pasos adultos.

Antes de irte, al agitar tu manita,
me devolviste un suspiro
como queriendo dejarme el encanto
y seguir siendo niño.
¿Por qué no debería ser
cada día que te aleja
un motivo para llorarte?
Si la mañana trae esperanza
suficiente para esperar
la tarde;
si la tarde, antes de ser noche,
promete que al inicio
de la siguiente madrugada,
tendré las palabras
que rozan mi nombre
conjugado con el tuyo.

Entiendo una caricia de tus manos,
que me consuela;
recorriendo desde mis ojos
cada fibra que necesita tu toque,
rozando la vida.
Entiendo cada lágrima
como tu voz que se calla
pero dice mucho en silencio;
sin gestos, sin bulla,
de lejos, aun lo haces.
Hacer del llanto una caricia.
Me encontré con este fantasioso amanecer,
con esta idea de escribir algo más,
solo, recostado en un laberinto de pensamientos.

Vi por la ventana, delineado en la cortina,
envuelto en el humo que fue noche
y se transformó en madrugada,
ese personaje tan igual a mí.

Tal vez es la práctica de mi mente,
dije,
para amancillar los sueños futuristas
y galopar prendido de una ilusión
dejada a su suerte.

Quizá tan solo sea la costumbre de mi sombra,
pensé,
imitando los movimientos, vaivén de mi cuerpo,
que la noche abrigó y acogió
como siempre.

Al final, las palabras surgieron una tras otra
para repetir el eterno discurso de mi vida,
para decir un nuevo verso, lleno de melancolía,
para dibujar otro desvelo coronado de esperanza.

Nada más fue un instante,
sólo un momento eufórico
para descargar el frenesí
que nace con la mañana,
entusiasta, animoso,
optimista de cada día.

Fui ese personaje que promovió estas palabras,
el que dio vida a esa idea de escribir,
¿solo? quizá...

martes, 3 de mayo de 2011

Soterramos esperanzas
cubriéndolas hasta el cuello
con el mismo manto
que alguna vez destronó al frío;
disfrazamos los quejidos
de sumisos argumentos
que diciendo verdades
espantan por segundos, a veces,
la sombra irrefutable
e ineludible de una realidad
impuesta.

Somos independencia prisionera,
atada al arnés de marionetas
que construyen esas verdades
dichas en argumentos
efímeros y fugaces;
nada más que el residuo
de lo que sobra,
lo que nadie quiere para todos
y lo que todos quieren para nadie.

No importa si nos quedamos,
pero debemos irnos;
obligados por el caudal cotidiano
que nos empuja
hacia esa realidad impuesta.

Enaltecemos deseos
como utopías anheladas,
llenando de ojalás,
quisieras y si así fueras,
esos momentos para dar la mano,
para dar un paso,
un abrazo;
alabamos los caminos
que otros toman,
felicitando sus acciones
como intentando soportar
nuestras propias necesidades.

Nos convertimos en el reflejo intangible
de alguien más,
inaugurando la contrapropuesta senil
de las propias añoranzas;
llegamos a ser nuestro límite
sin siquiera notarlo,
por alcanzar absurdamente
los alardes arrogantes
y las glorias petulantes
endosadas a nuestro nombre.

Decidimos renunciar a los sueños
de nuestras almas,
para dejar que el ego triunfante
sea la cara que mostramos al mundo.

Decimos: "basta"
tantas veces como podemos,
tan solo por cumplir para afuera
lo que necesitamos por dentro.
Decimos: "quiero"
unas veces menos de lo que hacemos
y damos muerte a lo que no entendemos
para saber que el intento
es el absurdo que realmente
tenemos por meta.

Somos el uno y el otro a la vez,
uno que cumple,
otro que sueña,
uno que es,
otro que deja de ser;
el balance imperfecto
para ser perfecto en el mundo,
la opción que nos divide
para ser uno entre todos
y uno con todos.