martes, 28 de febrero de 2012

27-2-12

Una noche, un segundo,
la vida entera y aun más.

Estuviste allí, estuvimos allí,
como los mismos desconocidos.

Nos vivimos minutos fugaces
para el resto de nuestras vidas,
convertimos ese instante
en más que un tiempo a solas
bajo esa única estrella
del cielo que hicimos nuestro.

Simplemente fuiste tú
en tus palabras, en tus gestos,
en tu mundo distante del mío.
Simplemente fui yo
en mis palabras, en mis latidos,
en mi mundo distante del tuyo.

No fue un "¿por qué?"
fue un "porque",
como debe ser,
como ha sido y será,
como me sentiste,
como te sentí.

Una noche, un momento,
la existencia entera y aun más.

Estuve allí, estuvimos allí,
como los mismos conocidos...

20-2-2012

Tengo las palabras suficientes
para provocarte orgasmos emocionales
cada vez que mi voz atraviese tus oídos,
pero no son mis palabas las que te aman,
soy yo...

Mis manos pueden acariciarte el éxtasis
con sólo tener contacto con la orilla de tu rostro,
pueden darte el cielo entero con una caricia,
pero no son mis manos las que te aman,
soy yo.

Con gestos soy capaz de desnudarte el alma,
de desvestirte los ojos y la mirada
para que en un instante me sientas en tu cuerpo,
pero no soy mis gestos los que te aman,
soy yo.

Cada parte e mi cuerpo, cada intento,
cada cosa que brote de mi interior o exterior,
puede ocasionarte un sentimiento distinto,
pero no son mis capacidades y defectos los que te aman,
soy yo.

Soy yo el que te cama con cada palabra,
soy yo el que pinta te amos con las manos,
soy yo el que convierte un guiño en mil te amo,
sólo soy yo.

10-2-12.1

Hay momentos,
hay veces que el tiempo
es único, inamovible,
estéril y mudo.

Días enteros que no se mueven
y sólo viven, sólo viven,
viven eternos, sin acabar.
Viven en la memoria, con ella,
de ella, viven por ella.

Días que antes de acabar,
de un solo golpe,
vuelven a nacer: sin medida,
con un sólo principio,
con un sólo propósito: eternidad.

Hay momentos,
hay instantes que el tiempo
es común, como todos,
con las mismas reglas de vida.

Minutos que van uno tras otro
como parpadeos incontables
de insensibilidades, de sin sabores
que sólo llenan el espacio
con intención de olvido.

10-2-12

Le recuerdo para no morir de olvido
puesto en algún sitio desconocido,
para crear luz de las imágenes
que me recorren las noches y madrugadas
danzando con la insomnia conciencia.

Le escribo para tener una plática
así sea con el silencio ensordecedor
o con las palabras y todas las frases
que hacen eco en el vacío de mi habitación
antes de agonizar y morir de olvido.

Le pienso para que esté acá, cerca,
para tener compañía y no morir de olvido,
para acompañar la soledad con sorpresas,
con sobresaltos, con emociones,
con los pensamientos hechos sudor de manos.

Le canto, a veces, para que me escuche,
para que me sienta a través del viento
rozando sus líneas, sus pliegues,
para acariciarle colándome en sus oídos
y me recuerde y no me deje morir de olvido.

7-2-12

Te cuestionas
de supuestos,
de pueden ser
y algunos tal vez.

Te vas del mundo
arañando las paredes
para intentar quedarte
con una verdad dudosa.

Te preguntas
una y mil veces
lo mismo,
eso de siempre.

De nuevo, puede ser,
tal vez es posible,
quizá llegue a funcionar,
a lo mejor sea así.

Supones lo mejor,
lo peor también;
para estancarte
en un intento a medias.

Te aferras a ideas,
las mismas ideas
pasadas y presentes
para definir futuro.

Pones de barrera el tiempo,
la distancia de obstáculo
y encuentras inconvenientes
en la amalgama de los mundos.

Dos, tres, cuatro mundos
inversamente proporcionales,
a la vez iguales y distintos,
conocidos y desconocidos.

Te detienes ante una duda,
ante un pretexto incisivo;
te cuestionas, te preguntas
y decides... ¿qué decides?

6-2-12

Cada instante,
punto de fuga,
adelante y atrás,
caleidoscopio.

Cada instante,
punto y seguido,
amaneceres continuos,
paso detrás de paso.

Cada instante,
punto de partida,
ensayo y error,
acierto y esperanza.

Cada instante,
punto de referencia,
el mundo entero,
estrellas polares.

Cada instante,
punto y coma,
ideas eternas,
líneas melódicas.

Cada instante,
punto de quiebre,
cambio sin cambios,
atajos sin camino.

Cada instante,
punto en movimiento,
ir y llegar,
venir y llegar.

Cada instante,
punto y aparte,
cambio de página,
siguiente capítulo.

3-2-12

Amanecer junto a ti,
abrir los ojos y encontrar tu imagen,
pasiva, cubierta de tu aroma,
de tus movimientos, cubierta de ti.

Despertar abrazado a tu respiración,
a tu latir, a tu tiempo,
que eres tú, completamente sincera,
sin miedos, sin altos, sin nombre.

Cada día tú, esplendorosa,
fabulosa, concreta y pura;
llenándome los poros y alientos
de tu todo, de ti.

Descubrir la desnudez de tu cuerpo
escondida bajo las sábanas
que abrigan tu sueño distante
y descubrirte a ti con ella.

Ver en tus labios la luna
convirtiéndose en sol radiante,
ambos cómplices de la sonrisa
que sin interés, enamora.

No sólo verte, acompañarte,
llenarme de ti o acapararte para mí;
sentirte y vivirte las emociones
para también ser yo, tus amaneceres.

31-1-12

Acudir a mi cita contigo,
desconocida,
sin que lo sepas;
para perderme en tu sonrisa
y respirar tu presencia.

Verte, sentirte;
hacerte las palabras de mi lápiz.
Verte, sentirte;
explicarte con mi puño y letra,
describir tu belleza en heptasílabas.

Tú allí, Yo allí,
al centro,
donde todos,
donde nadie,
tú acá, yo acá.

Tener nuestra cita a ciegas
sin mediar palabra:
siendo esos desconocidos
que se atraen la mirada
por la ingravidez de un anhelo.

Estar para ti, ser para ti,
hacerme la imagen en tus ojos;
sonreír si sonríes, ir si vas,
volar si vuelas, soñar si sueñas;
estar para ti, ser para ti.

Juntos, como uno, como dos,
¿qué importa?
es lo mismo separados;
tu mundo amurallado,
el mío impenetrable.

Te vas, me voy;
nuestro tiempo está por fallecer.
Te vi, me viste;
nunca llegamos a conocernos.
Me recordarás, te recordaré.