martes, 28 de febrero de 2012

10-2-12.1

Hay momentos,
hay veces que el tiempo
es único, inamovible,
estéril y mudo.

Días enteros que no se mueven
y sólo viven, sólo viven,
viven eternos, sin acabar.
Viven en la memoria, con ella,
de ella, viven por ella.

Días que antes de acabar,
de un solo golpe,
vuelven a nacer: sin medida,
con un sólo principio,
con un sólo propósito: eternidad.

Hay momentos,
hay instantes que el tiempo
es común, como todos,
con las mismas reglas de vida.

Minutos que van uno tras otro
como parpadeos incontables
de insensibilidades, de sin sabores
que sólo llenan el espacio
con intención de olvido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario