sábado, 29 de mayo de 2010

Junto a una taza de café que humea,
Siempre en el mismo sitio,
Aguardando por el mismo abrazo,
Despidiendo a los minutos que se van.

La esperanza deforme y sin fuerza
Sigue buscando el mismo camino,
Ruta empedrada, tosca y difícil
Pero conduce siempre al mismo destino.

Los recuerdos afloran con aire inseguro
Ante la inminente puesta de sol eterna,
Brillan tímidos en algún rincón,
Dan voces que aun pueden escucharse.

Pasa la vida detrás de una mirada,
Las palabras se pierden en servilletas,
Un abrazo toma vuelo, a ciegas,
Junto a una taza de café que humea.
Siento volar libre sobre el mar,
Como un sueño con alas abiertas,
De la misma forma que un suspiro
Entreteje ilusiones con las nubes.

Brisa cálida acaricia mi alma
Mientras el viento eleva mis pensamientos
Y el tiempo sopla a mi oído esperanza,
Todo por viajar de la mano de un sueño.

Simplemente dejar que la luz sea,
Dirija, regale, o tan solo acompañe
La mirada puesta en el horizonte,
Donde se vuelve un solo sentimiento.

Que sea el resplandor alucinógeno
De la conciencia, para permitir,
Para impedir, para quitar, para dar,
Libertad y prisión del pensamiento.

Siento volar libre sobre el mar
Como una idea con alas de fantasía,
Siendo uno al lado de las olas
Cuando depositan su canto a la orilla.

Un despiste amniótico surca los cielos
Intentando formar parte de la idea,
Queriendo impactar sobre la roca
Y romper la base de un anhelo.

Es casi una verdad sin mentira,
Casi una historia sin principio,
Un ocaso maravilloso sin horizonte,
Una utopía cumpliéndose paso a paso.

Dejar perdido el sueño durante el vuelo,
Olvidar que el viento es la ilusión que eleva,
Poner el horizonte en la palma de la mano,
Trazar la trayectoria de un beso alado.

Siento volar libre sobre el mar,
Con el poder y la fuerza necesaria,
Sin la certeza y seguridad de lograrlo,
Llegando y partiendo del mismo deseo.
Emociones comprometidas sobre la bastedad de un imperio inexistente, relegadas al abandono bajo leyes aborígenes y utilizadas como excusa remedial de un vacío existencial.

Decenas de palabras aglutinadas en la garganta cansada de un discurso para el mundo, pero escuchado tal vez, por un recuerdo mal humorado, pero una emoción nativa del olvido.

Del dolor germinado en la bienvenida de la despedida, nacen destellos de realidades utópicas a un fervor religioso, que venera sin vacilo, la esperanza por lo desconocido.

No hay valor subjetivo en la espontaneidad de las emociones, siempre que el ímpetu de lo sustancial de una situación compleja, no intente dar una opinión, basada en lo cotidiano.

Al final, siempre existe la disyuntiva entre lo racional y lo emocional, pero del mismo estado contra poniente, surge el desliz del ser humano para aclarar una realidad de una verdad.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Desde que amanece hasta que vuelve a amanecer,
Desde que la noche se convierte en día
Y el día se convierte en noche.

Te amo…

Cuando la luna esta llena,
Cuando le falta un cuarto
Y de repente es nueva otra vez.

Te amo…

Cada vez que del cielo cae agua,
Cada vez que el agua sube al cielo
Y se convierte en cálido viento.

Te amo…

Siempre que el camino se niega a seguir adelante,
Siempre que el camino desaparece tras el paso
Y siempre llega al destino trazado.

Te amo…

Como una pregunta sin sentido alguno,
Como la respuesta a ninguna pregunta
Y de todas formas resuelve los enigmas.

Te amo…

Por el motivo que cumple deseos,
Por el deseo que pinta el destino
Y los anhelos se cumplen sin saberlo.