jueves, 28 de abril de 2011

Anoche
aparecieron repentinos,
alardeando eternidad;
presentaron viejas ideas
con nuevas palabras.

Fue como golpe insurgente,
minimizando la paz
a pensamientos y promesas
para instaurar igualdad.

Antes
la certeza de los golpes fallaba
lanzando supuestos a los pies,
disimulaban derrotas en la mente
dando aliento al oponente ausente.

Era como batalla sin contrincante,
misiles teledirigidos sin objetivo;
titanes acechando el vacío
para encontrar siempre nada.

Anoche
los fantasmas durmieron
mi sueño;
descansaron mis fuerzas
haciendo suyo el tiempo.

Pasaba como si a diario
se les permitiera adueñarse
de cada segmento
del alma.

Ahora
aunque sea ficticio,
es fáctico el alarde
y remarca cicatrices
que no tuvieron herida.

Es residuo acumulado,
óxido de afecto;
el ataque a los pies
es costumbre que mata.

martes, 26 de abril de 2011

No soy solo noche, sombra,
tampoco distancia...
Soy luz, soy día, soy hoy...

Mañana desaparecerá
igual que ayer...
Soy luz, soy día, soy hoy...

Soy el mejor siendo nadie,
soy nadie si me creo el mejor...
Soy luz, soy día, soy hoy...

No soy solo silencio, espacio,
tampoco eternidad...
Soy voz, soy vida, soy hoy...

Humanidad diezmada
puesta en catacumba...
Soy voz, soy vida, soy hoy...

Soy libre más que nada,
soy nada intentando libertad...
soy voz, soy vida, soy hoy...

jueves, 14 de abril de 2011

Cientos de palabras colgadas
junto a la toalla húmeda,
ondeando cual bandera de luto
en pleno carnaval de recuerdos.
Palabras que no me hacen culpable,
tampoco inocente.

Solo giran sobre si
en el remolino del retrete,
mientras las primeras se van,
las siguientes se despiden
y las últimas se aferran
a la idea de quedarse.

Son las excusas propuestas,
las deseadas,
las que dirán,
tal vez a jalones,
una y otra vez algo que no soy;
las que me piden a cada paso.

Palabras que se encargan de ruar,
llamando atenciones subjetivas,
cotidianas, comunes;
en tanto mi inconsciente
que gime sollozando quien soy
lo olvida el olvido.

Van y vienen gimoteos de mi nombre,
buscando eso que la vista
nunca percibe,
lo que el oído ni atento
alcanza a escuchar;
vagidos que merecen toda atención.

Son mi carta de presentación,
mi única forma de vivir,
ser lo que hago
y hacer lo que soy;
son el silencio que digo
pero ni gritando se me escucha.

lunes, 11 de abril de 2011

Dar un paso más,
dejar atrás un delirio de grandeza
y convertirlo de proeza
a costumbre.

Dar vida a una memoria,
dejar atrás los sueños que la crearon
y convertirlos de ilusión
a presencia.

Logros, metas, triunfos,
solo sobrenombres dados,
aseveraciones materializadas
de un par de capacidades.

Dar voz a un secreto,
dejar atrás el silencio que lo protege
y convertirlo de supuesto
a consigna.

Perdida, fallo, fracaso,
tan solo excusas asignadas,
atributos despersonalizados
de la condición de humanos.

Al final es mentir con la verdad,
permitir que los pasos usen disfraz
y archivar un nombre más
detrás de la portada del siguiente "paso".

jueves, 7 de abril de 2011

Ojalá pudiera verme con tus ojos,
que sean ellos quienes susurren mi imagen
y dibujen cómo me ves,
para saber lo que sabes de mí
o tan solo para tener tu idea de mí.

Ojalá hayan sido esos ojos
los que me vieron la última vez,
para entender la mirada
con que me viste,
para aprenderme en tu vista.

¿Quién soy en tus ojos?
No es suficiente verme al espejo
para descubrir la silueta de mi alma,
esa forma en la que aparezco,
la forma con la que aparezco frente a ti.

Ojalá con tus ojos tuviera mis respuestas,
aquellas que no puedo verme,
estas soluciones que están en mí
pero sin inmunes a la mirada
de mis ojos ciegos.

Ojalá por un instante fueran míos tus ojos,
para verme parado en tu mundo
y conocer desde tus pasos
cada una de las cosas que me ves,
para aprender de mí, visto por ti.

martes, 5 de abril de 2011

Allí te había visto;
sin embargo en el viento
dejé escapar esa parte,
ese trozo de existencia
que daba vuelo a las palabras
y quitaba la aspereza
de los malos momentos.

Solo pasó el tiempo
mientras moría la voz,
en tanto cada sonido
desaparecía;
minutos enteros que callaron
una verdad expulsada
del corazón.

Las cosas son a tu manera,
silencio eterno, infinito;
nada cambia después de ti,
silencio efímero, fugaz.

Te vi venir y no dije nada,
sentí tus pasos sigilosos
persiguiendo los sueños
que grité mil veces,
sentí tus fuertes brazos
apretando las ilusiones
mientras robabas existencia.

Fueron días
enmudeciendo también los gestos,
hasta dejarlos vacíos de ganas;
amarrando esos últimos pasos
que oponían resistencia
tratando de hablar
a una mentira.


Tus manos mantienen el pulso,
silencio arrogante, orgulloso;
marcas tu único camino,
silencio insensible, egoísta.

sábado, 2 de abril de 2011

No es extraño verme, saberme,
rozando con los dedos esas fibras,
capullos de nostalgia, melancólicas;
siempre buscando cruzar la frontera
que divide lo inimaginable
de lo imposible.

Caminando de aquí para allá,
de allá para más allá,
sin dar respiro, sin pausa;
solo con el aliento efímero
de unos cuantos destellos
rezagados e incompletos.

No será diferente llamarme ahora,
llamarme después, incluso antes,
si mis pasos cansados se detienen;
si mi rumbo avanza sin camino,
dejando marcas que se olvidan
sin que nadie note.

Estancado en ningún lugar
o avanzando a ningún sito,
solo con el pulso acelerado;
variando de color y de forma,
sin definir el estado
de mi alma.

No...
Es lo mismo de siempre
acomodado en el mismo suspiro,
invitado a la resignación
de la batalla perdida,
obligado a ganar una guerra.

Entonces es el final,
dicha la afrodisiaca sentencia
en esos labios que guardan silencio;
todo acaba, después empieza.
No es extraño verme, saberme,
parado entre dos mundos...
No pretendo grabarte mi nombre
en la frente,
ni que años después revivas mis pasos
en un desfile;
ni siquiera que al final del párrafo
sepas quién soy.

Solo quisiera pedirte que no veas un héroe
entre líneas,
no, no es necesario alegar grandeza
por unas cuantas palabras;
tampoco apodar las destrezas como
super poderes.

No busco la fama de unos versos
encerrados entre pastas,
ni la gloria de un poema perpetuado
en un certamen;
mucho menos que elogies lo que dije
haciendo gala de saberme.

No me llames poeta, si presumes
con mis frases,
no, no me llames poeta si no me sacas
de estas páginas;
no me llames poeta para quitar la vida
de mi nombre.

No intento cambiarte la imagen
en prosa,
ni quitar mis palabras
de tus labios;
solo te pido que me veas a escondidas
y me encuentres en mis letras.