Estuvimos allí,
sumergidos en nuestros cuerpos,
al dejo del tiempo
como quienes fueran eternos
en este paso efímero
sobre la tierra.
Nos tocamos y compartimos
el aliento más profundo
mientras bailamos
cuerpo a cuerpo la noche entera
bajo esa lluvia de estrellas
que eran besos y también caricias.
Hicimos hogar nuestro abrazo
mientras desnudos,
a la luz de un beso,
fuimos sólo nosotros,
vos con mi nombre en tus poros
y yo con el tuyo en los míos.
Dimos batalla cual fieras
protegiendo el territorio,
nuestro territorio
los valles de tu cuerpo
recibiendo los caudales
del mío.
Y nos quedamos allí
amándonos después
de haber amado.
Y nos pintamos sonrisas,
suaves, como suspiros,
como sólo vos y yo.
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