martes, 23 de agosto de 2011

Para ver cómo te autodestruyes
contradiciendo de afuera a adentro,
de adentro a afuera, lo que es saberse;
como taparle el canto a la Luna
o pintarle sombras al Sol.

Para ver cómo te escondes
detrás de un silencio tan inculto
como un sabio hablando de más,
detrás de la pantomima cotidiana
inserta en la realidad impuesta.

Para ver tu absurdo
intentando llenar esquinas
acaecidas de niebla común;
intentando llenar vacíos inventados
para tener motivos de consigna
y encontrar en lo falso, algo real.

Para ver tus alardes
que buscan llegar al infinito,
pero que llegan tan lejos
como una excusa vomitada
en defensa del cinismo,
de la mentira y del egoísmo.

Para ver como finges orgasmos
convenciendo de a poco,
usando palabras sin sentido,
a las huellas que dejaron
los pasos transitados ayer.

Para ver cómo te ocupas del tiempo,
del ayer, del hoy y quizá del mañana,
levantando victorias bastardas,
resultado del engaño infringido
intencionalmente y sin remordimiento.

Para verte siendo parte voluntaria,
detengo los pasos a distancia,
para verte desaparecer,
abro bien los ojos;
sólo digo el silencio que mereces
y hablo hacia adentro un puede ser.

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