domingo, 28 de febrero de 2010

Puedo sentir el latido apurado de tu corazón,
presionando fuerte el calor de mí pecho
y el temblor de tus manos sudorosas
recorriendo mi alma desde sus cimientos hasta mi boca.

Tengo un Te Amo en la punta de la lengua,
que viaja deslizándose por tu abdomen,
para dibujarte una picara sonrisa en el rostro
justo antes de encontrar la timidez de tu cuerpo.

Tu aliento desviste mis ojos lentamente
en un vaivén de caricias apabullantes pero sinceras,
esbozando con colores, nubes de alegría,
que me dejan perplejo y perdido en tu cadera.

Como niño me aferro al abrazo de tus piernas
y el tiempo se detiene para siempre,
permitiendo que mis palabras te arrullen
mientras deposito sueños en tu interior.

Puedo tocar todas de las estrellas del firmamento,
nombrando cada una con un pétalo de tu belleza
y colocándolas cuidadoso por la silueta de tu sombra
en una noche cualquiera, pero siempre a tu lado…

No hay comentarios:

Publicar un comentario