jueves, 31 de diciembre de 2009

Exquisitas son las memorias, 
Que circulan en el ambiente,
En esta última noche del año.

No hay reclamos para el ayer,
No hay reproches al pasado,
No hay qué recriminar al tiempo.

Esperamos entre abrazos y sonrisas,
Entre nostálgicas pláticas añorantes,
Un prometedor amanecer anual.

Enumerando los nuevos propósitos,
Presagiando éxitos abrumadores,
Gastamos las horas restantes.

No hay temor por el mañana,
No hay incertidumbre futurista,
No hay desesperanza en lo nuevo.

El cambio de calendario se acerca,
La promesa está llamando a la puerta,
Bienvenido sea el tiempo que nace.

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