martes, 31 de diciembre de 2013

30-12-2013.1

Desde que te mudaste a mi mirada
aquella noche de estrellas,
poco a poco te apoderaste de mí
y ahora te pertenece
cada latido de mi alma,
cada célula de mi cuerpo,
cada centímetro de mi imaginación,
tengo la vida entera
para entregarte.

Digamos que la vida nos hizo el favor
y nos puso frente a frente, justo esa noche,
para dibujarnos sonrisas en los poros,
para dejar de soñar con el momento perfecto
y hacerlo la realidad de nuestros pasos.

Dejemos también a la vida
guiarnos por sus senderos,
para tener paso a paso
más motivos para amarnos
aún cuando no sea fácil
y el destino conspire
en contra nuestra.

Dispersemos la bruma
tomados de la mano,
juntos,
como la única vida
que aspiramos ser.

Despeguemos en un vuelo
tan alto como el cielo
y libre como el viento,
apoyándonos el uno al otro
sobre toda dificultad.

Desde aquella ventana
el te quiero se hizo te amo
en mí corazón;
convirtiéndote en el aire
que respiro,
en mi mundo y galaxia,
en mi universo.

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