Me acompaño
del ruego de la madrugada
por llegar a ser día,
trazando destellos
con la mirada cautiva
de la luz que se asoma.
Me acompaño
de valor, fuerza, coraje,
cuando el tiempo
se consume conmigo,
haciéndonos viejos
tras cada segundo que se va.
Me acompaño
de ti, de mí,
en completo silencio
para poder escucharnos
los guiños y gestos
de cada sonrisa.
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