domingo, 30 de octubre de 2011

Quizá tu soledad ya tiene nombre
después de la sonrisa que le provocas;
un nombre conocido por tu tiempo
y completamente improvisado en tu presente.

Es tal vez de mí un recuerdo
atorado en la necesidad de tu vida
por tocar las estrellas infinitas
sin traicionarte la conciencia.

Quizá tu soledad ya tiene nombre
para buscarme los destellos
disfrazándolos de alguien
que supones no puedo ser.

Puede ser que sea la verdad de tus deseos
o el capricho de tus pensamientos;
como acompañarte de mi presencia
en brazos que no son los míos.

Quizá tu soledad ya tiene nombre,
que sigue siendo "soledad" como la mía
y encontraste sólo una excusa
para tenerme sin tocarme.

Tal vez su nombre es mi paranoia
inspirándome un suspiro y un latido
para hacer de mi noche una madrugada
y de mi madrugada un día para pensarte.

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