lunes, 19 de octubre de 2009

Tu aroma esta incrustado en mis poros, sin importar que hoy no estés acá. Tus labios quedaron marcados en los míos desde antes del último beso.

En mis oídos resuena el eco de tu voz murmurando caricias y en mis ojos aunque solo existe el reflejo de tu cuerpo, en mi alma germina tu recuerdo.

Tus palabras continúan con la danza del reencuentro y tus gestos distraen mis sentidos, para dejar entre líneas el regalo de tus versos.

Mis manos aprietan con fuerza el homenaje de tu cabello al viento, que se convierte en la ilusión de encontrarte de nuevo entre mis brazos.

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