lunes, 30 de marzo de 2015

30-03-2015

Ahora son dos,
y se sigue sintiendo
como ayer.
Me han sobrado tantas palabras
para maldecir la vida
desde que te fuiste
y tengo tan pocas
para encontrar consuelo,
porque no va a ser justo
jamás.

Y te lloro y te lloro
y te lloro,
y no alcanza.
Y te pienso,
y te extraño,
y te necesito
tanto y tanto.

Llegaron a dos,
sin detenerse,
sin dudarlo;
crecen sin piedad,
sin dar respiro,
crucificándome
a la espera
del abrazo que siempre,
siempre,
será deuda.

Y grito y grito
y grito,
y no alcanza.
Y te espero,
y te extraño,
y te necesito
tanto y tanto.

La promesa, hoy,
no me sirve.
Te quiero acá,
justo acá,
justo ahora,
justo a mi lado
queriendo que me escuches,
queriendo escucharte,
queriendo que me abraces,
queriendo abrazarte.

Y no alcanza y no alcanza
y no alcanza,
nada alcanza.
Y te busco,
y te extraño,
y te necesito
tanto y tanto.

Todo es silencio,
todo es tiempo,
todo es distancia
tan vacía de vos,
tan solitaria,
tan sin color
y tan llena
de ese vago intento
que la vida tiene
de volverte a ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario