Tengo un último abrazo,
sobreviviente,
a la espera
eterna y abrumadora;
firme y dispuesto
a gritar en silencio
de aquello que fue,
y que es.
Nutrido de cansancio,
de impaciencia,
de las lágrimas del tiempo
y palabras hechas
de distancia.
Abrazo hecho
de puestas de sol,
de amaneceres
en el horizonte,
tu horizonte,
tu frontera;
de la muralla que pusiste
y quiebras,
y refuerzas al verme,
al saberme frente a ti.
Tuyo,
completamente tuyo
desde antes,
desde ahora,
desde mañana, tal vez.
Último,
no por terminar,
por empezar.
Último,
por los recuerdos,
por la memoria
y por el casi suicidio
de la esperanza.
Será,
con el tiempo,
será;
uno con la distancia,
uno con el deseo,
la desesperación,
con el anhelo y la agonía,
será:
Tuyo...
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