sábado, 24 de mayo de 2014

20-05-2014

La imagen que tengo,
que me pertenece,
siempre tuya,
pero apresada en mí.

No es la que mostrás,
ni te presentás con ella,
sino es sencilla,
para los de adentro,
los de cerca.

Tu imagen;
laberinto,
impenetrable.
tan sólo vos
sin más,
sólo así.

La pusiste un día
y así quedó,
marcada,
tatuada,
grabada,
en cada punto
de mi mirada.

Y me adueñé,
como otros pocos,
de la sonrisa,
la silueta,
también los gestos
y movimientos
que la han hecho
brillar.

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