Extraño esos días
que tu mirada
me pintaba una sonrisa
en los labios,
cuando tus ojos
dibujaban futuro
con sólo verme.
Extraño cada vez
que tu voz
atravesaba mis sentidos
y me llenaba el alma,
cuando ese sonido
me invadía el pensamiento
inventando futuros.
Extraño el momento
que tus brazos
se aferraban a mi abrazo
y caminábamos juntos
como que el mundo
fuera nuestro plató
para crear futuro.
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