viernes, 3 de enero de 2014

02-01-2014

Si mi frustración hablara
quizá podría obligarme
a sentir que mis palabras
deberían decir con fuerza
te odio en lugar de Te Amo.

Quizá podría ser tan sencillo
empujarte fuera de mi corazón
y llevarte lo más lejos posible
de la vida que soñé a tu lado.

Si mi frustración hablara
el tiempo y la distancia
tendrían diferente sentido
y aceptaría que fueron ellos,
sumados a mi impotencia,
el menor de los obstáculos
para hacer real y cierta
la vida que soñé a tu lado.

Podría acusarte con el alma
de egoísmo y arrebato.

No es mi frustración hablando,
soy yo, es el amor que vive en mí
y la esperanza en mi alma
de que mis versos te toquen,
para llegar a convertir en realidad
la vida que soñé a tu lado.

Son todos mis sueños,
que son nuestros también,
dedicando el tiempo entero
para acercarme a tu corazón
cuanto pudiera ser necesario
y dejarte el abrazo enorme
que te ha pertenecido siempre,
y así tal vez,
dejarte sentir la seguridad
del amor mutuo,
para llevar victoriosos
los planes y propósitos

de la vida que soñamos juntos.

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