jueves, 3 de noviembre de 2011

De usted la vi por primera vez,
entre tardes y noches de espera,
entre siluetas a lo lejos
y algún saludo a distancia.

De usted le hablé aquella tarde
cuando un tartamudeo se me juntó
con los pasos a medias y sudor de manos,
un escueto saludo y la mirada sonrojada.

De usted fue que nos conocimos,
de usted fue que nos llamamos,
así, de usted empezaron los momentos,
de usted aprendimos nuestros nombres.

De usted quisimos empezarnos,
de usted hicimos nuestras tardes,
así fue, de usted fue el inicio,
de usted quisimos acercarnos.

Sobre montañas y sobre abismos
le escribí las primeras notas,
entre gritos enmudecidos le pedí
acompañarme con esta canción.

Una carta sin palabras le di
para narrar con la melodía
una historia singular y sin parecido,
una historia que es sólo suya y mía.

De usted fue el primer beso,
de usted iluminamos esa noche,
así, de usted nos tomamos la mano,
de usted comenzamos el camino.

De usted nos compartimos abrazos,
de usted fueron nuestras las caricias,
así fue, de usted mezclamos mundos,
de usted intercambiamos sentimientos.

De usted nos enamoramos,
entre sonrisas exploradoras,
entre suspiros insinuantes
y algún pícaro movimiento.

De usted llegamos a amarnos
cuando nos dejamos sentir el viento,
con los brazos y corazón abiertos;
fue así, de usted y usted amamos.

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