miércoles, 9 de noviembre de 2011

De repente es que eres,
como destello en el cielo,
así de sencilla como luz
y el todo del átomo.

Tu sonrisa de sol y luna
dibuja marcas en mi retina
que veo incluso a ojos cerrados
y el calor invade hasta mis dedos.

De repente es que eres,
espontánea caminando tus pasos,
así, con más libertad y fuerza
que el propio viento de noviembre.

Tienes aroma a vida en el cabello
para llenar el vacío y el infinito;
aroma mezcla de tiempo y espacio
con el que hechizas mis pensamientos.

Tú, como las horas del reloj,
como los meses del calendario,
como los versos de éste poema,
eres eterna y fija en mi alma.

Tú, arrecife de los mares,
supernova de cada galaxia,
aurora perfecta de días y días,
eres musa de la misma existencia.

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