A veces de giro mortal,
otras tantas con ademanes sencillos;
todos agendados,
apretados, arrinconados,
quizá alguno mutilado.
A veces son ese abrazo necesitado
la madrugada que despierta de golpe,
otras la patada anhelada
la noche anterior.
Estrellas fugaces,
flores de jardín;
sonrisas ajenas,
cielo sin nubes.
Trasiego de ideas caleidoscópicas,
ideas que dan vida a los imposibles,
a la distancia, a la oscuridad;
ideas impropias de la realidad.
Ángeles sin alas,
aves,
mares dulces.
A veces sin pensarlos,
otras a la fuerza;
enfilados sin turno
para ser y no ser después.
A veces son alas,
otras cadenas;
igual vuelan, igual atan.
Son por dentro, reflejados en la mirada;
viendo tan allá,
que son utopía de todos.
Son por fuera, vestidos de traje;
luciendo tan fácil,
que son parte de todos.
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