domingo, 30 de enero de 2011

Ayer entre risas tímidas
y nerviosas, se escuchó la fantástica
muerte de un ayer triunfante.

Fueron aplausos orgullosos,
llenos de la satisfacción de ser escuchados
en las líneas de una meta cumplida.

Nada de más, justo como fue;
presentes los presentes y ausentes,
todos allí en el momento preciso.

Ayer terminó glorioso y aireado;
hoy, palabras nuevas esperan turno
tras el banderazo de salida.

Hojas vacías deseando la atención
de los versos que aún no existen,
para darles alas, para darles vida.

Páginas en blanco para pintarlas
con sueños, deseos e ilusiones,
con aciertos, certezas y verdades.

Un espacio para seguir delineando
entre la vida y la existencia,
la figura que en silencio, dice algo.
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28/01/2011

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